jueves, 11 de junio de 2009

Consejos para Maestros


Aprenda lo que más pueda sobre el retraso mental para apoyar educacionalmente al alumno.

•Reconozca que usted puede hacer una gran diferencia en la vida de este alumno. Averigüe cuáles son las potencialidades e intereses del alumno y concéntrese en ellas. Proporcione oportunidades para el éxito.


•Si usted no forma parte del equipo del IEP, solicite una copia del IEP. Las metas educacionales del alumno estarán contenidas en éste, al igual que los servicios y Acomodaciones que él o ella debe recibir. Hable con especialistas en su escuela (por ejemplo, maestros de educación especial), como sea necesario. Ellos le pueden ayudar a identificar métodos efectivos de enseñar a este alumno, maneras de adaptar el currículo, y cómo tratar con las metas del IEP en la sala de clases.


•Sea tan concreto como sea posible. Demuestre lo que desea decir en lugar de sólo dar instrucciones verbales. En lugar de relatar información verbalmente, muestre una foto. Y en lugar de sólo presentar una foto, proporcione al alumno materiales y experiencias prácticos y la oportunidad de probar cosas.

•Divida tareas nuevas y más largas en pasos más pequeños. Demuestre los pasos. Haga que el alumno realice los pasos, uno por uno. Proporcione ayuda como sea necesario.

•Proporcione al alumno comentarios inmediatos.

•Enséñele al alumno destrezas de la vida tales como aquéllas para la vida diaria, sociales, conciencia y exploración ocupacional, como sea apropiado. Haga que el alumno participe en actividades en grupos o en organizaciones.

•Trabaje junto con los padres del niño y otro personal escolar para crear e implementar un plan educacional especial para cumplir con las necesidades del alumno. Comparta información en una forma regular sobre cómo le va al alumno en la escuela y en casa.

Consejo para Padres


•Aprenda más sobre el retraso mental. Mientras más sabe, más puede ayudarse a sí mismo y a su niño.

•Anime a su niño a ser independiente. Por ejemplo, ayúdele a aprender las destrezas para el cuidado diario tales como vestirse, comer sólo, usar el baño, y afeitarse.

•Déle tareas a su niño. Tenga en mente su edad, su capacidad para mantener atención, y sus habilidades. Divida las tareas en pasos pequeños. Por ejemplo, si la tarea de su niño es de poner la mesa, pídale primero que saque la cantidad apropiada de servilletas. Después pídale que ponga una servilleta en el lugar de cada miembro de la familia en la mesa. Haga lo mismo con el servicio, uno por uno. Explíquele lo que debe hacer, paso por paso, hasta que termine el trabajo. Demuestre cómo hacer el trabajo. Ayúdele cuando necesite ayuda. Elogie a su niño cuando le vaya bien.

•Averigüe cuáles son las destrezas que está aprendiendo su niño en la escuela. Busque maneras de aplicar aquellas destrezas en casa. Por ejemplo, si el maestro está repasando una lección sobre el dinero, lleve su niño al supermercado. Ayúdele a contar el dinero para pagar la cuenta. Ayúdele a contar el cambio.

•Busque oportunidades dentro de su comunidad para actividades sociales tales como los Boy Scouts o Girl Scouts y actividades en el centro de recreo y deportes. Esto ayudará a su niño a desarrollar destrezas sociales y divertirse.

•Hable con otros padres cuyos niños tienen retraso mental. Los padres pueden compartir consejos prácticos y apoyo emocional. Pregunte cómo encontrar un grupo de padres cercano.

•Reúnase con la escuela y desarrolle un plan Educacional para tratar las necesidades de su niño.Manténgase en contacto con los maestros de su niño.Ofrezca apoyo Averigüe cómo puede apoyar al aprendizaje escolar de su niño en casa.

¿Cómo Se Diagnostica el Retraso Mental?


El retraso mental se diagnostica observando dos cosas. Estas son:

• La habilidad del cerebro de la persona para aprender, pensar, resolver problemas, y hacer sentido del mundo (ésto se llama funcionamiento intelectual);

• Si acaso la persona tiene las destrezas que él o ella necesita para vivir independientemente (ésto se conoce como conducta adaptiva o funcionamiento adaptivo). El funcionamiento intelectual (también conocido como el coeficiente de inteligencia, o “IQ” en inglés) es generalmente medido por medio de una prueba llamada prueba de coeficiente de inteligencia. La medida promedio es 100. Se cree que las personas que sacan menos de 70 a 75 tienen retraso mental.

Para medir la conducta adaptiva, los profesionales estudian lo que el niño puede hacer en comparación a
otros niños de su edad. Ciertas destrezas son importantes para la conducta adaptiva. Estas son:

• Las destrezas de la vida diaria, tales como vestirse, ir al baño, y comer;

• Las destrezas para la comunicación, tales como comprender lo que se dice y poder responder;

• Destrezas sociales con los compañeros, miembros de la familia, adultos, y otras personas. Para diagnosticar el retraso mental, los profesionales estudian las habilidades mentales de la persona (inteligencia) y sus destrezas adaptivas. Ambos son destacados en la definición de retraso mental en el cuadro de más abajo. Esta definición viene del Acta para la Educación de Individuos con Discapacidades (“Individuals with Disabilities Education Act,” o IDEA). IDEA es una ley federal que sirve para guiar las escuelas en la manera de proporcionar servicios de intervención temprana y de educación especial y servicios relacionados a los niños con discapacidades.
Los servicios para ayudar a individuos con retraso mental han resultado en una nueva comprensión de cómo definimos el retraso mental. Después del diagnóstico inicial, estudiamos las potencialidades y debilidades de la persona. Estudiamos también la cantidad de apoyo o ayuda que la persona necesita para llevarse bien en la casa, en la escuela, y en la comunidad. Este enfoque nos da una visión realística de cada individuo. También sirve para reconocer que la “visión” puede cambiar. En tanto crece y aprende la persona, su habilidad para llevarse bien en el mundo también aumenta.

¿Con Qué Frecuencia Ocurre el Retraso Mental?

Una 3 de cada 100 personas en los Estados Unidos tienen retraso mental (The Arc, 2001). Casi 613,000 niños de 6 a 21 años tienen algún nivel de retraso mental y necesitan educación especial en la escuela